Seminario de Interculturalidad SES-CEPAL
17 de enero de 2023
(Versión estenográfica)Tengan todas y todos ustedes muy buenos días, yo quisiera empezar agradeciendo como se merece este encuentro, este trabajo conjunto con la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe la CEPAL, y la Subsecretaría de Educación Superior; creo que en esta perspectiva que ya hemos venido desarrollando tenemos una muy buena historia en común.
Quisiera a partir de este encuentro saludar a todo el conjunto de los compañeros de la CEPAL, al director de la sede en México, Hugo Beteta, con el cual hemos trabajado una serie de elementos en común, a todo el equipo un fuerte abrazo, por favor Miguel del Castillo te pedimos que nos apoyes en eso. Y saludo a Natalio Hernández Hernández, el coordinador del proyecto para la creación de la Universidad de las Lenguas Indígenas en México, pero en la gran conexión con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, a un gran compañero, también con una impresionante trayectoria, yo quisiera saludarlo como lo que para mí es lo más maravilloso de Natalio, es poeta, es escritor en náhuatl y creo que en ese sentido proyecta en su persona un trabajo de muy largo aliento, trabajando con Carlos Montemayor, en toda una perspectiva que hoy tiene frutos impresionantes en nuestro país, sobre todo un país dónde digamos la mestizofilia tiene una fuerza política todavía tan grande en nuestro México, de aquí se ha estado proyectando una idea muy fuerte de la homogeneización y por tanto de la construcción de arriba para abajo del Estado Nación Mexicano, a partir de toda una construcción social, cultural muy poderosa que en el fondo nos deja expuestos a partir de una construcción racista indudablemente, aunque uno crea que con el mestizaje está uno escapando el racismo, muy por el contrario es uno de los peores racismo porque se ejecuta sin estar conscientes de que estamos en esa línea.
Reciban por favor un cordial saludo de nuestra Secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez Amaya, quien estaba muy interesada de participar con nosotros.
Empezaría por afirmar que México es un país mega diverso como suele decirse, en términos lingüísticos, étnicos y con una multiplicidad de territorios, de construcciones, de territorialidades fundamentales, diferencias también y diversidad política, social, sexo-genérica, como suelen plantearse, y más allá del género, cultural y epistémicamente es un país que podemos decir tiene una diversidad enorme.
Se ha ido visibilizando lentamente en un principio, creo que es fundamental en un hecho de quiebre esencial en la construcción de esta conciencia alrededor de la revolución mexicana, pero por su propia lógica la revolución vuelta a constitución acabó borrando nuestra diversidad, o sea reconociéndola en su origen para borrarla en su construcción institucional. Pero hay otro hecho mucho más cercano relativamente, al menos para algunos de nosotros, que es la rebelión zapatista y toda la visibilización de las luchas concretas que fueron dándose a partir de un proceso histórico central que llevó efectivamente a cuestionar a nuestro país alrededor del tema de la diversidad.
Decir que la diversidad es una condición central de lo que hemos autodenominado, y ha tenido cada vez más una proyección en la cuarta transformación de México, no en simple retórica, esta construcción de una nación democrática, hablar que estamos ante una cuarta transformación le da un carácter entonces de revolución de las conciencias, como también sobre lo decir, porque es alrededor de este planteamiento donde hemos ido estableciendo diversas políticas públicas que han ido abriéndose camino, y en modificaciones que ya mis compañeros seguramente recogerán en términos de reconocimiento de los pueblos indígenas afrodescendientes qué va a ser fundamental.
En esa perspectiva, los últimos cambios en este gobierno, del artículo 2° de la Constitución, pero del artículo 3° van a tener una proyección central que va a determinar buena parte de nuestras políticas efectivamente públicas, y no simple y llanamente políticas gubernamentales; esto es la construcción alrededor del tema de la diversidad, no solamente de una constitución, digamos instituida que construye alrededor del deber ser, sino de una constitución que se abre precisamente en el artículo 2° y 3°, el último artículo 3°, alrededor de los sujetos, y esto permite una construcción instituyente, una visión de transformación central, por eso decimos, y como voy a repetir más adelante, encontramos toda una construcción fundamental al rededor precisamente del reconocimiento, pero sobre todo de abrir los cauces para las diversas prácticas de esa gran diversidad. Perdón ahí por ser repetitivo, pero creo que esta es una condición esencial.
Decía uno de los grandes dirigentes de la izquierda, Arnoldo Martínez Verdugo, respecto a la construcción del Estado Mexicano con un referente básicamente clientelar, corporativo y corrupto, en relación a una construcción también sobre la base económica en términos del capitalismo a la mexicana, que le daba características de un requerimiento de cómo transformar e ir al fondo precisamente de esta construcción estatal, y de entender esa construcción estatal precisamente en ese ámbito, o sea, no se trata solamente de desmontar el Estado Nación y pasar a ser un Estado que reconozca la diversidad, y por tanto las nacionalidades, las construcciones específicas en que se dan los pueblos a partir de los territorios, pero de las otras diversidades también, de territorialidades simbólicas, de construcciones específicas de este tipo, sino de lo que se trata, y lo planteaba el propio Arnoldo Martínez Verdugo, refiriendo a la revolución de 1910-17 como una construcción que a partir de la exclusión de la diversidad, se plantea básicamente una determinación económica que uniría, lo diríamos en un lenguaje hoy más académico, que unirá todo el sistema económico de explotación a partir de los elementos de la discriminación, del racismo también. Y entonces nos planteaba que la diversidad de los pueblos y etnias, la de sus formas de organización social y económica, la de su lengua y su cultura, en reacción precisamente al planteamiento de los zapatistas en 1994 debía reconocerse, debía avanzarse en esa perspectiva.
Lo mismo planteó en su tiempo un intelectual boliviano mexicano o mexicano boliviano, depende de cuántos años uno considere en este país que hoy acaba siendo también nuestro René Zavaleta Mercado, respecto a la construcción del conjunto de los Estados Latinoamericanos, en el cual él plantea que sólo la articulación de la diversidad en el conjunto de las estructuras, instituciones, procesos y decisiones políticas, sociales, culturales y económicas es donde podríamos encontrar en el reconocimiento de esta abigarrada realidad, y eso era lo que planteaba, y el abigarramiento no solamente es una sociedad que se expresa en distintos elementos, si no el abigarramiento refiere, y este central, a un abigarramiento de los propios tiempos de la construcción de la sociedad, o sea, la sociedad no solamente se manejan el tiempo presente, sí no trae consigo precisamente distintos elementos del pasado, que en realidad son presente a la vez; que en las construcciones sociales es la combinación precisamente de esos tiempos las que nos refiere entonces a una posibilidad también de un manejo especial de algo que podríamos decir tienen que ver con la construcción de diversos sentidos de ciudadanía o de ciudadanías en plural, como un término de unión de soberanías esenciales para construirnos de una manera radicalmente distinta, donde la solidaridad, la reciprocidad, la colaboración en términos específicos territoriales, priorizando el derecho humano en la educación es un punto clave.
La política intercultural de este gobierno de la cuarta transformación tiene una perspectiva, me atrevo a subrayarlo así, articuladora y transversal del sistema educativo en su conjunto, el de la política intercultural en la educación superior, pero conectada directamente con los elementos que hoy se plantean para la educación media superior. Pero también, y no me voy a detener demasiado en ello, porque se va a analizar en las mesas, tiene que ver con la gran reforma educativa que está planteada en este momento, la contextualización, llamada así en términos educativos, de la malla curricular, el co-diseño desde cada una de las escuelas, regiones, entidades federativas, y en general la construcción de una malla curricular que recoge desde dónde estamos construyendo una interacción con sujetos de su propia educación, que son los niños, las niñas, los adolescentes, los jóvenes, donde, precisamente en esta idea, está el punto central, algunos se confunden y creen que esto es la idea posmoderna de los sujetos, nada que ver con ello, tiene que ver con sujetos activos, críticos y es en esa perspectiva donde el juego del reconocimiento de nuestra diversidad, de un referente intercultural acaba siendo clave. Es fundamental que mencionemos cómo, en términos de esta propuesta, participaron 15,324 personas, estoy hablando de la educación básica, de los distintos pueblos indígenas y afromexicanos de las 32 entidades federativas, hicimos una consulta, no igual a la del 169 de la OIT, pero con el gran referente del 169, que llevó a que se discutiera en maya, que también se discutiera en hñähñu, en purépecha, en yoreme, que se discutiera también en mè'phàà, en na savi, en ñuu savi, en náhuatl, en nahua, en paipai, en mayo, en kumiai, en triqui, en totonaco, y que tuviéramos en tének en los huastecos una repercusión, y estoy hablando entre otros, de todas las lenguas a partir de las cuales se discutió la transformación educativa del país. Y esto quizá sea una obra central, por supuesto los detractores, los que están atacando algo que ni siquiera han leído, muy probablemente, no se dan cuenta que esta participación, entre otros en algunos lugares de Chiapas, en zonas zapatistas, el debate adquirió una dimensión importante porque no dejaron de criticar al sistema educativo, pero con toda la disposición de cambiar el sistema educativo.
El consenso, y estoy hablando nada más de alguna de estas consultas, el consenso logrado de la disposición de cambio en esta cultura fundante de nuestro país, pasa precisamente por esto que podemos llamarle técnicamente el contexto, la contextualización, pero que tiene que ver con un elemento de la recuperación de nuestras historias desde otra radical perspectiva distinta construyendo un sentido, insistiría en ello, de articulación histórica sobre la base de reconocer que la revolución, en las tres revoluciones anteriores se dieron en distintos contextos, construyéndose diversas formas, y que el proceso de homogeneización en lo que es la historia de bronce avanzó fuertemente en borrar esas diferencias, esa perspectiva.
¿Cuánto nos hablan en Guerrero o en Oaxaca de sus historias referidas a la segunda gran transformación del país? Más que a la tercera, y para ello se vive, está ahí la cama y el escritorio donde Vicente Guerrero escribió una proclama, mantienen la cama, te invitarán a dormir en ella, que cómo voy a hacerlo ahí, porque tienen toda una carga de un pasado que está en el presente, una construcción donde hablas en presente de todo ese sentido de la historia diversa, de la que te has apropiado y desde la cual te proyectas sobre el conjunto del país.
Es en este sentido que hay que superar una base anterior, y lo digo en términos polémicos abierto, que es la del multiculturalismo disfrazado a veces hasta detrás del término intercultural, sí, el multiculturalismo es “está bien, te reconozco, reconozco la diversidad, pero cada quien en su lugar”. La interculturalidad, y lo subrayo de esta manera, o es desde todos, para todos y todas, para todes o no es. Esto es fundamental entenderlo porque en nuestro propio artículo 3° de la Constitución se reconoce la interculturalidad para la diversidad, pero también para el conjunto y la totalidad posible de una unidad de un universal posible, o sea, en esta perspectiva es esencial que entendamos que no es cada quien en su lugar, sino también a la posibilidad de construir desde la diversidad una unidad de esa diversidad, pero una unidad posible también, es ahí en donde existe no solamente como diálogo, sino como construcción cultural, la idea de este sentido la interculturalidad.
Paso para terminar a los otros hechos que quizá sea fundamental señalarles aquí a ustedes. Iniciamos en las Normales Rurales un cambio muy fuerte, que parecía para algunos, sobre todo ojos externos que no conocen al movimiento magisterial desde su centro, desde su sentido de cambio, creyeron imposible, y es el diseño de las 18 carreras que componen el normalismo, pero el cambio fue más profundo, pasaron las Normales bilingües a transformarse, ellas y otras que no se llamaban así, 37 de las 264 Normales que tenemos en el país, 37 a autodenominarse y hoy reconocidas Normales Interculturales Plurilíngües -no bilingües- y Comunitarias.
En este giro que puede ser institucional, que pueden tener un sesgo identitario nada más, y un referente de esta cuestión, nos ha permitido discutir, recoger todos los planteamientos de la interculturalidad en términos muy poderosos, esto fue presentado el año pasado si en Tuxpan, Veracruz, también con toda una simbología de lo que significa Tuxpan para el imaginario de las transformaciones de nuestra América, como diría José Martí. Y hemos logrado en las Universidades Interculturales, y con esto voy a terminar, además de dos o tres señalamientos, avanzar en términos muy importantes, y quiero empezar por el final, la última es en Aguascalientes, imagínense en el México no indígena entre comillas, si en el México mestizo por excelencia, en la construcción conjunta a partir de una iniciativa digamos local, la construcción de una Universidad Intercultural para la igualdad, no es de género, no es de la mujer, porque además pensarían luego, luego, que el para señoritas o alguna historia de estas, sino es en la construcción de para la igualdad, imagínese el grado de idea que existe ya en este momento instalado en nuestras prácticas políticas compartidas con en una diversidad también enorme en términos políticos para construir una Universidad Intercultural para la Igualdad. Pero también quisiera mencionar entonces, alrededor del movimiento de defensa de los maíces criollos la Universidad Intercultural de Colima; pero imagínense lo mismo para acabar instalando toda una perspectiva de cambio, en universidades como la de Campeche, Universidad Intercultural Maya de Campeche; hoy el planteamiento que tenemos en ciernes ya con Yucatán; o la construcción de un gran centro de investigación alrededor de la meliponicultura y de las miles en general de gran nivel científico en la Universidad Maya de Quintana Roo; la extensión de tres unidades nuevas en Tabasco; o el desarrollo también en Baja California, particularmente en San Quintín, recordaba yo aquí que la última vez que estuve en este lugar era discutiendo, antes del gobierno, sobre el tema de los jornaleros agrícolas, eran en ese momento todavía elementos claves de esa lucha de los pueblos, de los 36 pueblos originarios y afrodescendientes en San Quintín, o sea, la lucha no solamente por los salarios, sino por sus condiciones de vida, específicamente la proyección sobre la salud, sobre la recuperación de un diálogo de saberes alrededor de la salud de ellos, es en esa visión que se ha ido avanzando en esa perspectiva. Cabe destacar la Afro-Universidad y vamos a tener una Afro-Universidad Politécnica Intercultural en la zona hacia la costa particularmente de Oaxaca, pero muy ligado a todos los procesos de Guerrero, y estamos en esa perspectiva ya en un decreto de creación y empujando en eso.
A otras cuestiones que hemos ido avanzando es la traducción hacia las lenguas indígenas, desde el náhuatl, el tlahuica, el yaqui de “La nueva historia mínima de México”, o sea, también el otro esfuerzo junto con El Colegio de México, los cursos de verano interculturales que han tenido un éxito total, como en algunos otros el referentes de cómo hay que plantearnos desde nuestras instituciones como la Universidad Veracruzana una perspectiva de la UVI, la Universidad Veracruzana Intercultural, o diversos elementos.
Yo quisiera que en esta perspectiva de investigación. de trabajo sobre las lenguas, de recuperación de nuestras historias a partir de la memoria de los pueblos, de las propuestas curriculares, de las diversas experiencias en la formación de estas ciudadanías interculturales que yo mencionaba, donde el elemento democrático es el punto en el cual quiero hacer también un punto de inflexión clave, todas estas construcciones que les he mencionado a ustedes son desde las comunidades, con las comunidades, para las comunidades, y no se la acaban creyendo, o sea, están en los consejos de estas instituciones, han sido convocadas para discutir cuál es su universidad, y en algunos casos como en la tribu yaqui que nos ha tocado, planteando toda una relación con la forma de gobierno de los ocho pueblos y colaborando el noveno pueblo en Tucson, Arizona, en ese lugar donde la frontera les paso por arriba a los yaquis.
En esa democracia universitaria, en esta práctica se encuentra el sentido de autonomía, el compromiso de nuestras instituciones en general con la sociedad, hemos venido insistiendo “la interculturalidad o es para todas nuestras instituciones, o no será”, no podemos pedirle al diferente que se reconozca como tal nada más, que tenga la oportunidad de autogobernarse, de autodeterminarse, si el conjunto de la sociedad y en particular las instituciones de educación superior no acaban proyectándose de esa manera.
Muchísimas gracias por haberme escuchado, es por ahí donde este gran espacio va a encontrar en las discusiones específicas seguramente muchos elementos y referentes que nos construirán de otra manera, eso esperamos y estamos convencidos que así va a suceder muchas gracias.
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